jueves, 21 de octubre de 2010

Práctica de Amor Sin Número: Promesas incumplidas y cuestiones de ti

El juego inicia, surge intacto como un signo sutil y perfecto convirtiéndose en parte crómatica de vuestros días, sonríes y las horas se vuelven eternas con el entusiasmo infantil que dura hasta hoy.

Qué será aquello que nos dispone a amar, una mirada basta que cobra sentido con una curvilínea demostración de afecto, un lugar donde la luz se acurruca.

Y sin embargo lo sé, la sempiterna forma de amar la sensación acabaría por odiarte y también por querer sentir orgullo de ti, por un poquito de acción y claro desearte como descocido. Muestras el mismo camino de siempre o quizá soy yo el que no puede estar como espectador al ritmo distinto, un cambio de ritmo, a veces no somos tolerantes, a veces preferimos continuar, son decisiones.

En otras te ves como parte de algo y el que cambia de ritmo es aquel personaje que no descubriste en qué momento terminó por aparecer en tu imaginación, sin embargo es una decisión con qué quedarte y sí, es amargo cual el peor trago de cianuro en funciòn de lo que uno entrega, y sí algo entregaste fue una decisión... También es decisión el no querer recibir nada a cambio... O quedarse en el mismo espacio, porque no hay peor tiempo perdido que el perdido en añorar pues eso sería lo más injusto para ti, sin embargo hay muchas cosas por probar y recuperar todo aquello que nunca tendrías. Hoy toca chelas, mañana un juego, una salida, jatear hasta tarde... Y quien lo diría me siento algo distinto y es mejor.
Enviado desde mi BlackBerry de Claro.

lunes, 14 de junio de 2010

Práctica

Desde el bus
Enviado desde mi BlackBerry de Claro.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Práctica Nº 4 - Amplitud

¿Qué es aquello que te despierta en las mañanas os pregunto?
Dime si ha habido mejor recuerdo que la mañana dorada con alguna sonrisa.

¿Qué es aquello que te mantiene viva?
Son razones que desafían la forma de pensar atemporal que a veces nos desvela.

Por esas razones y otras más conversaciones es que hoy tuve que dar contigo recuerdo,
que en vano comprendí los mensajes en blanco que en cartón se escribían.
Porque lo aprendido nos cambia, la experiencia nos dicta pero el miembro rojizo
de pálpitos bravos carece de neurona alguna, y parece que errático nos vuelve.

Parece también que uno a uno los gramos de polvo acumulan, el tiempo corre y maldigo tu frase victoriana:

"No améis el amor que se altera cuando alteración encuentra, o se dobla con el removedor de quitar. ¡Oh, no! El amor es una marca siempre fija que mira a las tempestades y nunca es sacudido; es la estrella de cada barca errante... " W. Shakespeare 


Y sin embargo sigo riéndo de lo taurino de mis actos, de mis versos y todas aquellas tomas,
secuencias de actos mal jugados, que más tarde me darían a entender cosas que no quiero aceptar de una vez.

Y sin embargo también, gracias compañera, por haber dado gracia a mi estado,
quizá eso que bueno en peso se vuelve si se mantiene oxidado.
Pero toda línea es dispar, y si cambiamos de rol y me preguntaras de amor me dejarías helado,
pues sé que mis rimas son una extensiones poco trabajadas y algo desgastadas de aquella noche
en que supe de ti por primera vez.

Me equivoqué, leí mal y entendí lo que quise, tú siempre tan acertada, como cada luna de cada 30.
Curiosa la forma en que se dan las cosas y sin embargo vocé es lo último que quiero saber ahora
y no es una queja hacia ud. sino a una sonrisa de lado que aún no se borra.

sábado, 9 de enero de 2010

Práctica Nº 3: Jugar a mirar

Tu falda da vueltas al viento y susurros nuevamente zigzaguean mi oído,
un beso y una risa que quisieron ocultar la prisa por acelerar tus ganas,
me impides el paso y me alejas con distancia serena por dirigir más allá,
pero disfruto tu espacio, tu ira desafiante que destila nuestra paciencia.
Vibra nuestra respiración al borde del mundo que se cae a pedazos,
que se vierte cayendo en colores y bríos del rojo cobrizo de nuestra temperatura.
Aún no despierto, aún no aguardo, aún te sueño y solo deseo danzar,
sin embargo  guardando el aroma de tu piel que sueles sellar con tus abrazos por años,
el aroma recurrente y atemporal que suele concederme una tarde taurina
al ruedo de golpes y arremetidas que descuidan y pierden el tiempo imaginario,
te detienes, giras y piensas en tu siguiente jugada, levanto la capa,
te acercas y apuntas lo suficiente para no matar.
Al final no importa quien quede con parte del otro, gané tu traviesa aventura,
tuve tu vida y probé con sigilo el filo de tu ornamenta y sí, sería imposible
si no lo quisiéramos.